
Valoración de
activos intangibles
Durante los últimos años, los activos intangibles se han posicionado entre los principales drivers en la creación de valor. Han cobrado protagonismo en el aumento del valor bursátil de variadas firmas y, de esta forma, su valoración se ha transformado en una herramienta indispensable a contar por la gerencia activos tales como:
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Marcas
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Carteras de Clientes y relaciones comerciales
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Contratos
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Licencias
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Concesiones
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Patentes
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Propiedad intelectual
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Software
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Otros activos intagibles.
Las principales motivaciones para valorar activos intangibles son las siguientes:
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Fusiones y adquisiciones. La valoración de activos intangibles permite orientar un rumbo estratégico respecto a inversiones futuras que puedan resultar en sinergias valiosas y en un mayor retorno en flujos futuros.
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Operaciones de compraventa. Una valoración precisa de activos intangibles permite a un comprador (vendedor) definir un límite superior (inferior) de consideración transferida (recibida). En otras palabras, entrega un sustento para simplificar y facilitar negociaciones complejas respecto al precio.
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Propósitos contables. La normativa contable es cada vez más exigente respecto a la valoración de activos intangibles. En particular, la norma NIC 36 exige anualmente una prueba de deterioro para estos activos con vida útil indefinida, independiente de cualquier indicio de deterioro de valor.
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Creación de valor. Un entendimiento de los activos intangibles permite identificar drivers de valor y mejorar la eficiencia en la gestión de estos activos.
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La valoración de un activo intangible requiere tanto de conocimientos técnicos como de experiencia. Entre los problemas más recurrentes se encuentran errores gerenciales a nivel estratégico dada la incapacidad de cuantificar su impacto, inversiones y adquisiciones erróneas en cuanto a consideraciones de precio, dificultades desde perspectivas contables; entre otros.